Una mujer de casa Lárrede de Aquilué subía todos los días al forato para peinar a una guapísima mora con un peine de oro. La mora en agradecimiento le daba pepitas de oro. La mora le decía, que jamás debía volver la vista hacia la cueva al regresar a su casa, de lo contrario perdería el oro. Un día la montañesa notó los pasos de una vaca a su espalda, se volvió y se quedó sin recompensa.
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O forato d´a Mora |
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Supongo que la Mora se bañará en esta poza, que está a 3 - 4 metros de la cueva. |
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Ésta es la entrada de la casa. No se si la mora estaba ese día. A mi me dio un poco de respeto seguir más para adentro. |
Que digo respeto... MIEDO!!!
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