Un paseo por sus calles nos lleva a detectar que antaño fue un pueblo con una floreciente economía. Entre sus ruinas aún se pueden vislumbrar las grandes viviendas con patio, restos de portadas alquitrabadas y aleros decorados con pinturas.
Espaciosas plazas
empedradas, bordas reconvertidas en segunda vivienda y alguna casa que ha
resistido el paso del tiempo, conforman actualmente la panorámica de Cortillas.
Destaca por encima del resto de edificios la torre de su iglesia en ruinas, que data del
siglo XVIII. Junto a ella la escuela, recientemente acondicionada y utilizada
como albergue.
“La fuente de Cortillas” se halla actualmente en el núcleo de
Sabiñanigo, se trasladó hasta aquí cuando el pueblo quedó deshabitado.
La fuente circular se
compone de una voluminosa pila, a la que cae el agua de tres caños a modo de
gárgolas con forma de expresivos y curiosos rostros humanos.
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